I
La muerte aprieta sus garras
sin contener su medida,
la muerte impone su precio
a Israel y Palestina;
la Parca exige tributo
en esta guerra suicida,
la Parca cobra salario
a los dos que se suicidan.
A la Parca están pagando
niños, abuelos y niñas,
hombres y mujeres vivos
con aliento de sus vidas.
Gritos aúllan a la muerte,
desde las casas hundidas,
para que cese el infierno
de las bombas asesinas ...
la muerte no les responde,
no todos lo revalidan,
... los duros de corazón
callan y olvidan.
¿ Por qué tanto odio,
por qué lo perverso
si tan sólo somos
un punto en el universo.?
II
¡ Opiparas matanzas,
de hombres y mujeres,
banquetes insondables
de cuerpos infantiles,
espléndidos manjares
de muertos macilentos
se servirán calientes,
en mesas execrables,
a gruesos gargantúas
que engullen en las guerras
las vidas de inocentes,
mientras en los mapas miran
dónde matar a más gente.!
¿ Por qué tanto odio,
por qué lo perverso,
si tan sólo somos
un punto en el universo.?