OSCAR LUIS GUZMAN

MI ANHELO ©

Aquí le canto a los vergeles radiantes del Anahuac…

anhelando que en mis labios se desflore

mi canto y mi poesía; la xochitl de mi vida…

Por cuya inspiración se adorna

el rubor de mis amores y mi melancolía.

 

Porque mi alma se bañe de energía y sustento,

del plectro de Ehecatl[1] que esparció en el cosmos

y en la mente de Nezahualcoyotl[2]

el sabio bardo, quien al bautizarse

en las aguas de Coyoacan,

cuyas fuentes emanaron de las manos de Tlaloc[3]

y hoy se despliegan con fuerza

y con verbosidad en los que, como yo,

aman la naturaleza, proyectada en Cuitlahuac y Cuauhtemoc[4].

 

Los caballeros Tigre, y Águila;

nacidos para morir como los grandes hombres;

pues por sus proezas nos mostraron

como vivir y morir con valor,

sin temor y con honor.

Lo que todo hombre recto debería

emular, añorar y practicar…

 

*