Siempre ella salía por las noches,
yo me quedaba en casa porque
decía que yo era aburrido, pero
nunca me enojaba y creia en su
honestidad, pero se le durmió
el ángel que la cuidaba, porque
una noche me dió por buscarla
sin avisarle, que solpresa, de
encontrarla bien acaramelada
con su amante. Hoy dice que yo
soy el culpable por dejarla salir,
porque no puse mano dura con ella,
y en casa solo se, que se lamenta
y yo sigo siendo aburrido pero feliz.
Celebrado mi buena cena y de repente
unas copas, y ella en las avenidas
buscando otro quien cubra sus malas mañas.