Lo hice, te dejé sin más remedio,
un adiós que en mi pecho se clavó,
las lágrimas brotaron sin control,
sin saber si estuvo mal o estuvo bien.
En mi mente, la duda se apoderó,
¿fue un acto de amor o egoísmo?
No sabía qué camino seguir,
pero alejarme fue mi decisión.
Las noches fueron largas y frías,
mi corazón anhelando tu calor,
pero algo en mí se quebró,
y dejarte fue mi única opción.
No podía seguir fingiendo,
que todo estaba bien entre nosotros,
el dolor crecía cada día más,
era tiempo de buscar mi propio sosiego.
Hoy, miro atrás y me pregunto,
si hubo alguna manera mejor,
pero en ese momento fue lo que sentí,
y a veces, la razón se pierde en el amor.
Quizás, en algún rincón del universo,
nos encontraremos nuevamente,
y en el idilio de ese reencuentro,
sabremos si estuvo mal o estuvo bien.