Olivos muertos,
esqueletos que recuerdan lo fugaz.
Sudores de varas de jornaleros.
De fondo, la melodía del jilguero.
De sol a sol.
De luna a luna.
Árboles evocan el hambre pasada
de esos seres sin cuna.
La lluvia empapa sus troncos mohosos.
Aún sobre la muerte
los pájaros tejen sus nidos.
El liquen abraza y grita a los cielos
que la guadaña
también tiene sentido.
Estos lares,
donde me viene el recuerdo,
los uso como espejo.
Mi alma se refleja
y es paz
que mueve un cuerpo en tormento.
Me confundo y creo ser este recipiente
que se arrugará,
esta mente sin sentido
evocando ojalá...
Y la vida es tan simple y sencilla...
Sin tiempo.
Sin quizá.
Nace sobre la muerte.
Es un suspiro la humanidad.