José A. García

Los sonidos de la luna

Nacen de tu piel
el viento perfumado de las rosas
las flores primerizas del alba
el despertar violento de las flores.

Tú me miraste aquella tarde
y te colaste en los bolsillos de mi ropa
abriendo las puertas de mis mares secos
humedeciendo mi piel, salada por el sol.

Tú me miraste y al mirarme
comprendí que la luz sin ti solo es desierto
que se nace solo en los ojos de los otros;
comprendí que tu mirada era mi casa.

Desde entonces nazco por ti, cada mañana
y pinto cuadros en las nubes
para beber de tu mirada, cada tarde
y bailar contigo, cada noche…

…Al compás de los sonidos de la luna
al fuego lento de las luces de poniente.