Raiza N. Jiménez E.

Autoengaño.-

Le amé de tal forma que, no supe si lo quería.

Esperaba ser feliz con Él, pero algo me hería.

Una fuerte angustia me abordaba a cada día.

Comencé a preguntarme a qué tanto le temía.

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La molestia en el pecho agitó mi pensamiento.

Ya quería olvidar la emoción que por Él, sentía.

Me preocupaba verlo a Él, la mar de contento.

Quiero borrar el dolor que ayer tiñó la vida mía.

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Cierto es que he llorado, para sanar vieja herida.

Yo mucho le amé, y hoy amo más mi existencia.

Sé que se acerca el ocaso y, atesoro más la vida.

Cierto es que, nunca pensé, en ver su ausencia.

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Condenada a no verle tuve resaca de su retirada,

y en mi alma, hubo tumulto de penas contenidas.

Eché de menos a sus besos también, a su mirada.

Yo sé que sufriré, pero alejaré, las idas y venidas.

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Sé que, en el amorío hay tretas y hasta anuencias.

Muchas de ellas, se reparan con flores y presencia.