Razones para amar
Si solo al ver tus ojos de cielo magistrado
me quedo sin palabras pensándote a mi lado
¡oh, niña de mis ojos, manjar de la ilusión!
Si pasas lentamente con toda la dulzura
yo digo mascullando, ¡Qué dicha de criatura,
me ha vuelto prisionero de un noble corazón!
Si solo al ver tus labios de niña primorosa,
yo doy por dos claveles un séquito de rosas,
un ramo de gardenias y el palio terrenal.
Si ríes tiernamente mis ojos enloquecen
y gritan mis anhelos: los besos enaltecen,
eres un pensamiento del gnomo celestial.
Si solo al ver tus manos de musas clandestinas
le doy un beso al viento con prímulas divinas,
así, como un salmista sentado frente al mar.
Mi mente enamorada no deja de pensarte
y ruega por las noches, de pronto ir a buscarte,
decirte lo que siente con solo respirar.
Si solo al ver tu rostro de perla tan brillante
escribo entre la arena: contigo a cada instante
mi mente de rebelde comienza a meditar.
Si un día no te veo cruzar por el sendero
me invento una novela de un genio caballero:
aquel que solo tiene razones para amar.
Samuel Dixon