Con críticas severas y la misoginia
las llaman vulgar, basura, callejeras
obviando que con la trata
muchas son esclavas del placer.
¿Acaso ahondan en su alma ?
ven, solo lo de afuera
a oscura sus lágrimas se deslizan
carecen de voluntad; por el miedo.
La sonrisa falsa oculta su desdicha,
el cuerpo invita a la lascivia
y en ausencia del amor
reciben un mísero dinero.
Las madames y proxenetas
al ser sus guardianes la someten,
con el vilipendio viven en carne propia
lo que nadie quisiera.
Los enfermos sexuales y escuálidos,
las humillan con actos aberrantes
como el sadismo, la coprofilia…
solo ellas saben del asco y del dolor.
Al caer en las garras del mal
a la dulce y frágil inocencia,
se le agua los ojos y achica el corazón
porque sabe, lo que le espera.