Viejos recuerdos
dormidos y olvidados,
¡volved a mí!
Quiero los ratos
y escritos, de las cartas,
de mi olivetti.
Aquellos años
de eternas primaveras
hoy los ansío.
Y es que las cartas
después de redactarlas
iban a ti.
Y en el buzón,
postal, de la alameda
yo las dejaba.
Luego esperaba
la vuelta del cartero
con tu respuesta.
Folios escritos
con letra apresurada
de la olivetti.
Aunque sonrío
por culpa del recuerdo
y este detalle.
Yo tuve dos,
la Olimpia y la Olivetti,
por este orden.
Pero en su carro,
y gracias al teclado,
vibró mi pecho.
Nacieron cartas,
escritos y sucesos
que te contaba.
Y contestaba,
también, a la ternura
de tus escritos.
¡Qué bellos días,
sintiendo que, en el alma,
nacía amor!
Eran los versos,
sin rima de un poema
con nuestro nombre.
Y nos amamos,
con tinta de Olivetti,
en otro tiempo.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/10/23