Hombre de ayer y nunca
quiero recordarte ahora
como una carta jugada,
en un juego de azahar y
se gambetea al destino.
Recuerdo un amor incierto
que nació en el desierto
y lo arrastró la arena.
Te miro con ojos de ausencia
como mira la mujer eterna.
Ahora siento tu recuerdo
y lloro como se llora a la madre
a la que ya le alcanzó el sino,
como se llora el sueño raído
de la novia ante el altar derruido.
Fuiste el primer naufragio
cuando se rompió la quilla
contra la finísima arista,
mas con el viento en popa
continuo su travesía.
El amor solo existe
al borde del beso,
al borde del sueño
al borde del camino
donde los hombres
naufragan con golpes
y las mujeres se alegran
con lágrimas .
Escribo estos versos
para que existas y
los recito para olvidarte,
pero al hacerlo descubro
que el olvido , solo
aviva más la memoria.
Hombre de ahora y nunca
yo te miro sin ojos de siempre
con mi cara de arcilla
estoy en la otra orilla.
Tu existes hoy para ti,
no para la mujer eterna.