Soplé las velas, pedí lo que siempre se pide
una bandada de pájaros volando libre
una voz promulgando liberación desde la varanda
una mirada perdida buscando anhelos
un mar infinito para perdonar las faltas
un hombre vivo para labrar la tierra
una mujer piadosa para sanar heridas
un beso real para transformar la vida
Sople y se inspiró el sonido de campanas blancas
para hacer volar la imaginación de niño
y moldear la imagen del jardín florido
donde pedí el deseo de la flor eterna
de la mariposa frágil que sostiene sueños
del amor sin cuerpo y la pasión sin boca
que improvise entregas
extasié el alma.
Se apago la vela y se extinguió el sol
como si su fuego breve aniquilara todo
desfigurando el rostro del verano y el campo
haciendo que la noche erradique el cielo
y que el viento empuje la nube al extravió
como la hoja seca que abandona el árbol
Se extinguió la vela desnudando el sueño
y la muerte llega envuelta en plegaria
como si en el estanque se muriera el agua
y la lluvia fresca se convirtiera en mortaja
sujetando el abrazo que estrujó el deseo
liberando el ogro de la realidad posible
hasta que al cerrar los ojos
se encienda de nuevo.