Yo me desnudo en las noches
escuchando los reproches
de mi conciencia intranquila,
me desvisto ante el reflejo
que me encarcela al espejo
de mi moral dolorida.
Ninguna tela me cubre
y el pasado y el presente
en mi desnudez confluyen
llenos de arrepentimiento.
Le pido al cielo clemencia,
despojada mi conciencia
de las viejas vestimentas
del pasado, por afrentas
que cometí dentro de ellas.
¡ Quiero pagar penitencia
por el perdón anhelado. !
Confesar a Dios desnudo
las peripecias del alma
es reconocer mi mundo
vistiéndome de esperanza.