Cambia el color del cielo
con las pequeñas gotas de agua
y se suspende el abrazo que estremece
a una Luna azul tan complicada,
solitaria, preocupada,
estupefacta y asustada.
Confundido, dando vueltas
como un rey sin honor en el exilio,
el Sol merodea curioso
por la reja de mi ventana,
y baila su danza macabra
por un camino estepario
con el alma fuera de la piel
buscando sin tregua
horizontes verdes
en un pueblo surrealista.
El futuro será el olvido
de lo imposible.