Llevan las madres su hijos
en cochecitos de ruedas
y los niños viejos van
en coches que ellos manejan.
¡Úsalos niño! Ejercita
los dones que a ti te llevan
por los caminos de Dios;
usa el alma y las dos piernas.
Dejemos que el aire puro
se polucione con quejas
de los pájaros que callan
cuando en sus plazas paseas
y que el oro negro quede
en el vientre de la tierra.