Se me fue la vida tan rápido que ni abrir los ojos pude ya, se me fue cual rayo cayendo deprisa y como la brisa que no se siente si no al pasar, se me fueron los atardeceres correteando y detrás mi madre, furiosa pero amorosa para corregir mi andar, se fue aquel amor de niño, cual gorrión perdido, ciego en la oscuridad.
Se fue el tiempo tan rápido y no recuerdo ni como paso, simplemente sucedió, sencillamente hoy recuerdo del poco memorable momento de aquellos amaneceres, de aquellas caminatas, de aquel cuento perdido, de aquel papá que ama de una manera distinta, de aquel niño solitario, triste y confundió, dudoso de si mismo.
Se fue la vida y no la supe apreciar, ni valorar ni celebrar junto a ella, se fue y no aprendí a soñar, pues hoy solo tengo un sueño que me sea cumplido, deseo tanto que los sueños de mi retoño lo enseñen a volar como no fue conmigo, deseo soñar verlo tan gigante aunque sea pequeño, porque aunque a mi se me fue la vida, para el quiero una plena, de sueños por conquistar.
Se me acabaron las horas aunque el tiempo solo sea pasajero y relativo, no hay tiempo en la vida, porque la vida puede acabar sin tiempo, y para mí la vida se agota en cada segundo. Se me fue la vida y con ella, la niñez, la juventud y los sueños.
Henry Ruiz
16 DE OCTUBRE 2023
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