Recordar aquellos años
de aventuras y de futbol,
sin la preocupación
y rodeado de maltratos;
entre riñas y relajos,
las caricias, el amor,
ese niño que lloró
porque se cayó su hermano;
alejado de la escuela
y a la afición pendiente,
de música y de querellas,
de juegos que te divierten:
éramos niños que juegan
mucho comen, mucho sienten...