José y Miguel, son dos primos que en octubre habían nacido,
el 21 nació Miguel y José al día siguiente,
pero no del mismo año sino de años seguidos
así como lo son el diecinueve y el veinte.
Pero a pesar de eso ... son dos niños muy diferentes,
y a raíz de su apariencia discusiones han tenido,
y por eso se acostumbran a pelear continuamente
a veces por unas cosas que ni tienen ni sentido.
Un día de un cumpleaños, en gran discusión entraron
los dos querían los globos de color que colocaron
son míos decía uno… no, míos me los entregaron
y así en su absurda pelea los globos los explotaron.
Y de aquellos 20 globos que adornaban el festín
ellos solo consiguieron que todos vieran su fin.
Entonces se separaron y ambos cayeron en llanto
Y en medio de su tristeza gritaban y se ofendían
Y mucha gente escuchando las cosas que se decían
Solamente se reían de su pena y desencanto.
-Si no eran para mí, no eran para ti tampoco
¿Qué creías? ¿qué iba a hacer papel de tonto contigo?.
- Pero, ¿Qué dices Miguel? Yo creo que tú estás loco
¿por qué tu no compartiste esos globitos conmigo?
- ¡Porque esos me los dieron y viniste de metido
Y yo los quería todos para poner bien mi cuarto.!
-¡Cuidado me dabas cinco, así no hubieras perdido
los globos, pero seguro que ya debes estar harto!
Cuidado que compartías algunos de ellos conmigo,
Pero por ser egoísta ahora tienes tu castigo.
Y se formó un alboroto por culpa de los dos niños
que siempre se maltrataban cayendo en palabrerías
pero a pesar de todo se tenían gran cariño
y por más que discutían se hablaban con alegría.
Miguel, era muy delgado y José, era más relleno
y siempre se criticaban hablando de su apariencia:
-Lo flaquito que tu eres eso no es algo muy bueno
le decía José a Miguel a veces con insistencia.
Y miguel -le respondió- José, quédate tranquilo,
a mi no me hace falta tener como tú los kilos.
Y se apartaba a un lado y se quedaba sonriendo,
pero José le decía debes tener gran cuidado
porque el viento hace rato está batiendo
y tú pudieras salir... volando hacia cualquier lado.
-¿Qué vas a decir José?, si tú pareces inflado
yo estoy bien delgadito... no como tú, tan gordo
tú no puedes correr bien, porque eres muy pesado
y pareciera que llevas todos los kilos a bordo.
Prefiero ser así gordo y no parecer desnutrido
te aconsejo que te comes toditos tus alimentos,
pero estar como estampilla eso no tiene sentido
porque debes caminar tu muy pendiente del viento.
Y entre tanta verborrea que ellos ambos se decían
frases iban y venían, al transcurrir los momentos
y la gente que escuchaba su conversa se reían,
pues para darse ofensas hacían buenos intentos.
Más al final de la fiesta tuvieron que despedirse
y José le dijo: no vas a llevarte tus globos
y Miguel lo que hizo fue tan solo sonreírse
ah José tu de que hablas pareces el propio bobo.