caifasdetriana

No será lo que tú quieras...

No será lo que tú quieras

No… A ti. A ti te hablo compañero…

Oscuro y tenaz desaliento

Mío. Tu murmullo a mi oído,

Caerá esta vez en el olvido…

Imposible es y será tu intento,

Pues el amargo mal que sueñas,

Eso, en lo que te empeñas,

Maldito y tenaz desaliento

Mío… Tu salmodia y tu plegaria,

Diciendo una cosa y la contraria,

Son a día de hoy, inútiles conmigo…

No, Maldito desaliento mío,

No verán tus ojos,

Ni los de tantos otros,

Como caigo otra vez en el vacío…

 

Tú, hablándome de desvaríos,

Intentando a toda costa,

Ser de mi caída, el instrumento

Que vuelva a acercarme

Al mismo borde del precipicio.

 

Intentando de la mano llevarme,

Por la senda sombría y angosta,

Al tortuoso camino tanta veces

Recorrido en el pasado.

Donde duermen para siempre,

Tantos sueños perdidos,

Tanto dolor, soledades y llanto,

Mientras que yo, ahora me encuentro

Entre esperanzas y nuevos anhelos,

Cada día… Más y más tranquilo.

 

Tú, intentado cada día quebrar,

Mis esperanzas y convertirlas en hielo…

Trayendo hasta mi almohada,

Sin desfallecer y sin cesar,

Noches oscuras sin sueños…

Y el infausto recuerdo,

A esta pobre alma atormentada.

Y yo, maldito desaliento mío,

Cada día, más y más tranquilo…

Pues sólo en mi Señor confío.

 

Tú, maldito desaliento mío…

Sin nunca darte por vencido.

Mientras yo, al fin he aprendido

A escuchar tus palabras

Sólo como el rumor del viento…

 

Aquí me tienes, desaliento…

Aquí me tienes, amigo mío.

Que, mientras intentas

Que la dolorosa tormenta

Del dolor me venza,

Denodadamente sigo y sigo…

En mi oración obstinada,

Agarrado de la mano

De mi Señor Soberano.

Abrazado a mi Cristo bendito,

Y abrazado a la esperanza,

De poder disfrutar de mis nietos…

De poder cumplir mis sueños,

De poder derramarme en amor…

De darme y dar lo mejor que tengo,

Sin caer en el desaliento…

Luchando por vivir tranquilo.

Y luchando por conseguir mis sueños…

 

Así que ya lo sabes desaliento mío…

Que, aunque sólo fuera por esta vez,

Esta batalla la puedes dar por perdida.

Pues creyendo y confiando en quien confío,

En Mi bendito Cristo del Soberano Poder,

Que es quien me inspira y me da la vida,

Ya puedes dar por perdida también la guerra…

Pues por mucho que quisieras o pudieras,

Y por mucho tiempo que pase o pasara…

Jamás me robarás la ESPERANZA.