De donde acude esa voz
si todo alrededor son placas de mármol
posadas sobre la hierba
decoradas con flores como homenaje gélido
a la memoria hermética que tan solo
guarda ciertas imágenes
en un catálogo selecto de recuerdos
donde no existe la suciedad
que señalaban los mortales
Pareciera que las tenues líneas
de los epitafios y su tipología
se obsesionan con el olvido
en intentan aniquilar el tiempo
desde la última caricia cierta
que se pudo sentir
oh el abrazo sentido
en su adiós postrero
que deja la huella en las letras
inscritas sobre el granito
La voz llega con el viento
con la lluvia que cae sobre frágiles flores
haciendo morir el crisantemo
cómo mueren los recuerdos
escondidos en los años
un padre que había partido
una madre que fue al encuentro
una hermana que anhelaba
las sonrisas libres a cada hora
Descendía la voz diciendo ahora
no hay oscuridad posible en la muerte
no hay jardín florido en el camposanto
no hay lápida limpia sobre el césped
no hay vida posible sin su óbito
aunque solo un sueño parecía
la tumba está ahí
aunque no sea la hora.