Estando lejos, postrada en el desierto de una zona hostil, la esperanza me habló y...
Vi alucinante y en espera tu presencia ahogando mis penas y feneciendo los remordimientos de ésta alma.
Esperé el despertar de tus ojos, marchitando desde la raíz los suplicios del ayer y dando fin a la angustia de aquellos días.
Te esperaba con amor...
De repente el fiasco de una verdad que me decía que no había vida y,
Afronté la decepción y la ira de ese tiempo,
Dolor de la viva carne desterrada de su cuerpo, latigazos a un alma desnuda que nada puede protegerse.
Te fuiste de un ser que te ama, ¿Quien curará y aliviará mi llanto?, ¿Que ojos brillarán en la oscuridad de esta soledad que ahoga la poca vida que me queda?.
¿Quien le dará a la madre el consuelo de su hijo?.