Tomando de mi un par binoculares gastados,
he sentido, tan cerca y tan lejos el cantar de las aves.
No logro distinguir entre golondrina y colibríes,
solo distingo las alas que van de par en pareja,
cayendo en la pica de sus las alas, volando,
volando hacia un destino incierto,
donde solo los picos se encuentran
y solo, tan solo las aves que migran llegan.
Solo soy parte, concreto de la ciudad en que hoy migran,
Amante de lo natural de las aves que en pareja vuelan,
que vuelan y cantan, caminan y comparten vida.
A lo lejos, se escucha en silencio un aleteo,
una pluma que cae cuando el viento arrasa,
y tan cerca se escucha un canto, una palabra
una pizca que retumba en el aire,
un algo que no comprendo, un silbido,
un bullicio del aleteo,
Un mensaje encriptado del ave a su amante
como un te quiero, un te amo,
o algo que hace del ave un cantante.