Hay veces
que me sumerjo en mares de contemplación,
absorto, con la mirada perdida
en el bello universo.
Como esperando señales
o respuestas
a tantas preguntas
sin respuestas
de este inmenso vacío.
Quizá tenga que verme
desde el espejo de una estrella
y entender todo.
Navegar en el buque de mi alma
este fondo oscuro plagado de luceros
me hace el marinero de la noche.
Ahí voy,
observo los sueños
de los amantes de nuestra era.
Quizá alguien desde su ventana
mire el aura que despliego.
Veo desde estas alturas
campos sumergidos en la oscuridad
en gloriándose de vida.
Majestuosidad conforman
ante la tenue luz que sus madres arrojan
iluminando la consciencia de sus existencias.
Fantasía natural y arte inagotable
hacen escapar a mi ángel
de su celda ególatra.