OSCAR LUIS GUZMAN

NOSTALGIA ©

NOSTALGIA

Yo, Oscar Luis Guzmán,

tardío tlahtocuicani[1],

tejedor de recuerdos…

Rasgando la lira de mi pensamiento

canto ditirambos en mi apología.

 

Le canto a mi tierra,

engalanada en flores,

quetzal de mil colores,

y de radiantes mujeres,

que lloran a sus héroes

en tumbas de esperanzas

porque muertos,

viven sólo en remembranzas.

 

Con el florilegio de mis desvaríos

hago un panegírico a mi raza hundida

en el laberinto de la confusión

por los tantos duelos en su corazón…

 

Evoco a la musa de mis fantasías

para que llenase a mi sedienta boca

con el floricanto de mi utopía;

por la gran nostalgia

que irrumpe a mi cuerpo

por soñar despierto,

y despertar soñando;

por vivir soñando,

por vivir muerto…

 

Aunque mis palabras en céfiro vuelo

huecas, vanas y a veces marchitas,

volasen frugales en precario cielo;

como la plegaria

que evoca el efebo hacia el infinito,

nacido en verano,

y muerto en invierno.

 

Por sueños frustrados,

e ideales truncados…

que teniendo todo, sus manos vacías

alimentan ogros extraños, podridos;

llenos de avaricia,

de ambición, codicia…

Que destruyen templos,

altares e ideales;

imponiendo otra realidad mundana

la que sólo trae lágrimas,

tristezas, recuerdos…

 

Mis palabras vanas,

que diciendo todo,

no le dicen nada

a los que no entienden,

o no les importa que haya sufridores entre triunfadores

mientras que sus cofres

repletos de plata

por fuera estén pintados

color escarlata.

 

*

 

[1] Tlahtocuicani: poeta; cantor