Deshojando margaritas, en un juego de incertidumbre,
me quiere, no me quiere, un latir de emociones,
cada pétalo arrancado, un suspiro que se pierde,
en la brisa del viento, en las dudas y las pasiones.
La margarita, mensajera de un anhelo profundo,
refleja mis deseos, mis sueños y mis miedos,
cada pétalo caído, un latido del corazón,
que espera ansioso el veredicto de sus dedos.
Me quiere, no me quiere, las palabras en silencio,
se entrelazan con mis pensamientos y mi ser,
la incertidumbre me envuelve, me abraza y me confunde,
mientras deshojo una a una las flores del querer.
A veces el destino se revela en cada pétalo,
y la margarita responde con un sí o un no,
pero otras veces el misterio se alza en el aire,
y solo queda esperar, sin certeza ni asidero.
Deshojar margaritas, un juego de esperanza,
donde el corazón se entrega a la suerte,
pero en cada pétalo caído, también encuentro fuerza,
para aceptar lo que venga, sin temor ni desvanecimiento.
Pues el amor no se define en un simple deshojar,
va más allá de las margaritas y de las dudas,
pues es la complicidad, del respeto a lograr ,
que florece con la magia del querer que perdura.
Deshojo margaritas, con ilusión y valentía,
Se que el amor verdadero trasciende el juego,
y que al final, sea me quiere o no me quiere,
encontraré en mi la fuerza para seguir viviendo.
ELIDETH ABREU