dónde encontrarán tu voz estas paredes taciturnas
mi piel se tiñe
como los samanes heridos de ceniza…
pero te reclama tu ciudad
como el león hambriento de piedra
el corazón puede aguantar un sinnúmero
de estaciones
y estas paredes tienen casi todas las esperas
y aún más esperanzas
y yo solo debo soportar:
lluvia y sequía
y el corazón rompiéndose en noches inciertas
y el vacío
y muchos pensamientos corrosivos
y una -esta- ciudad
y la agonía aprehendida por cada cosa y lugar
y todas las huellas
y la pena que fue
y la pena que vendrá
hasta el reducto de mi agonía y mi… tu recuerdo
vívido hasta volver
y que entonces seamos presencia encadenada y libre
de adioses
fresca aún está la pintura en mis mejillas
del llanto y la dicha