ALEXANDER JOSÉ VILLARROEL SALAZAR
LAS CAJAS PESADAS Y LOS TUBOS PEGADOS
y en medio de su gran tropel,
desde el viejo estante aquel,
dos cajas que eran pesadas
Entonces fue donde su padre,
se encontraba un poco herido,
a Miguel, un gran cuidado.
En otra ocasión, José y Miguel,
estaban muy lejos de casa,
pues de la escuela volvían
Los dos se miraban tristes,
se encontraban muy asustados,
Miguel ya la había pensado.
— Soy muy flaquito — le dijo,
— ¿Por qué dices eso ahorita?,
— Ah, yo soy más inteligente,
pues nada se te ocurrido,
yo podría de aquí marcharme
— ¡Miguel, Entonces qué esperas!,
ya sal de aquí de una vez,
deja de hablar tanto ahora,
Busca a alguien que venga
Y Miguel enseguida volvió
y al mirarlo José sonrió,
y allí se dio cuenta José