Me he criado entre tus cerros
recorrí tus caminos,
tus verdes olivos
que son como castillos,
donde sus gruesos muros
me sirvieron de refugios.
Tus viñedos me hicieron augusto
y tus tierras rojas magno.
Forjaste mi carácter austero
y me hiciste desconfiado.
Has dado luz a plantas
y gestaste mis poemas.
Eres mi fuerte de inspiración
y dueña de mi corazón,
por eso sufro amargamente
cuando te maltratan vilmente
ayuntamientos corruptos
con podridos vertederos.
De tus volcanes nacía Afrodita
y ahora solo aflora mierda.
Eres el pilar de nuestra vida
y de nuestros nietos la placenta.