Con frecuencia solemos creer, que la distancia es segura.
Que estando lejos del conflicto, que nada nos puede afectar…
Vemos lejano lo que pasa, pues la distancia, paz nos procura.
Y en esa tesitura… olvidamos poner, nuestra barba a remojar.
Recién vivimos un suceso, que trajo al mundo mucha iniquidad
Y aquí estamos otra vez, ignorando lo que enseña la historia,
“Ningún hombre es una isla” ya expresó el escritor su verdad;
Enseñanzas como estas, debemos de grabar en la memoria.
Debemos de priorizar eso de que: “me duelo el dolor ajeno”
El callar y nada hacer, es omisión, debemos todos de condenar:
Al crimen, las injusticias, y las guerras, debemos que poner un freno,
Y sobre todo… a nuestros niños y niñas debemos mucho de cuidar.