Guío en la carretera y aparece,
se derrama en mi mente ese poema,
cuando llego al lugar, no queda un lema.
No recupero nada, desvanece.
La hoja en blanco: el mohín, que no apetece,
es un momento impropio, tiene flema,
tal vez otro momento, un mejor tema.
No se deja escribir, soneto en trece.
El poema no quiere que lo miren,
él quiere estar en mí, íntimo amigo,
pero no quiere que haya ni un testigo.
Tal vez teme que escrito ya lo tiren,
que lo folien, lo olviden con los otros,
que no seamos más, sólo nosotros.