Entre las Muros Oscuros
del Alma
Se Entrevee un Paraíso de Estoicas Leyendas,
que Dictan Sobre tu Sangre Seca
el Sabor dulce del Corcel Alado
que Cubrió al Hechicero
del Persa.
Se Inscribe Tallado en tus Versos
el Perfecto Final que Enamora,
en Hilos de Luces,
en Zagas Ocultas,
en el Rostro del Polvo,
y en Escarnio Divino
tu solo Nombre,
En el Juego Árabe, la Guerra
y en Alas la Libertad,
el Ritual
tan Breve y Efímero,
La Artera, tu Voz
en los Otros...
Oí el Ocaso, Poeta
en el Viejo Atardecer del Parnaso,
en la Muda y Constante Alegoría
de Aquella Gota de Rocío en Llamas
que Cuece el Olvido
entre las más Rasgadas
Sombras...
(Patricia)