Sé boca para mis besos,
se piel para mis dedos ávidos.
Sé carne para mis huesos
y leche tibia en mis labios.
Sé tarde en mis jornadas,
tierra fértil para mis manos.
Vientre para mis noches
y de mis sueños... andamio.
Sé luz para mis sombras,
abrazo para mi pasado.
Muslos en mi paso agitado
y la ventana en mi espacio.
Sé lo que nunca he tenido,
lo que he perdido y amado.
El viento que mueve mis años
y el aire en mi pecho hinchado.