Mis queridos poetas:
Tened compasión de vuestros amados,
incondicionales
y sufridos lectores.
¡Por el bien de la humanidad!, estrujaos un poquito
más vuestras brillantes seseras.
Poned a trabajar esas potencialmente prodigiosas
neuronas que el Creador os ha concedido.
Imaginad...
Escribid
por ejemplo:
que el alma es una caja de música defectuosa
cubierta de polvo y telarañas, habitualmente
desafinada y con la garantía caducada
de tanto decirla.
Que el corazón es una máquina encallecida
y ensangrentada que se reblandece
y derrapa cuando llega el buen tiempo,
o cuando a vuestr@ vecin@ cañón
(a régimen desde enero) se le pega la ropa
sudada al cuerpo.
¡Por Tutatis!, dejad a las mariposas, las luciérnagas
y los pájaros tranquilos;
dejadles que vuelen en paz,
que cacen moscas y gusanos,
que píen, defequen, pongan huevos y copulen a gusto.
Dejad a las flores con sus polinizaciones
y sus viles reacciones alérgicas.
Asumid que es normal que vuestros amantes
se larguen con tip@s más jóvenes
y más guap@s que vosotr@s
(no hagáis una tragedia griega de ello)
Sabed que Peter Pan, hoy con hígado graso
y halitosis crónica,
acabó trabajando para el tesoro público,
que Campanilla al fin dejó los polvitos mágicos
(aunque actualmente sufre
de sobrepeso y adicción al prozac)
Dejad a los entes divinos tocando sus arpas
y a las resabiadas sirenas engulliendo sashimi
en el Marriott de Jacó Beach.
Dejad las olas que fluyan como toda la vida
puteando a los cangrejos desorientados
y a los niños diplomados en arquitectura medieval.
Bajaos de la luna un rato, ¡que la vais a desgastar!
¡Oxigenaos un poco!
Guardad vuestras bucólicas infancias en el álbum
de fotos de la abuela -y sacadla de la residencia-
Iros un par de meses al Everest o a Cancún.
Follad más y no malgastéis tanto papel,
tanta tinta ni luz eléctrica en repetir
una y otra vez las mismas e insulsas ñoñeces
(que el buen sexo siempre sirvió al pH del ingenio)
... Y vosotros, poetas high line
y filólogos en paro,
¡coño!, que no os entiende ni Dios.
Escribid un best-seller si tan listos sois.
No os creáis los aplausos
de vuestros cuatro admiradores
ni los laureles que os endosan
vuestros compinches jurados de renombre
-igual de aburridos y jodidos que vosotros-
Poned vuestro talento al servicio de algo útil.
¡Gritad!... Pelad vuestras venas
y ondead la sangre.
¡Declaraos ninfómanos de instantes y de emociones!
Dad caña a la banca y a las mafiosas energéticas,
a vuestros rapaces líderes,
a los hijos de puta con nombre y apellidos.
Mis queridos bardos,
no nos mintáis.
Poetizad vuestros gatillazos (esos que nunca ocurrieron)
o cuando vomitasteis sobre la falda
de ese reluciente amor de verano.
Versificad vuestros pecados más oscuros,
vuestras indecibles y apoteósicas cagadas.
¡Escribid para la calle!
Hablad de cómo tragarse las lágrimas en seco,
de cómo enjuagarse las tripas
en este estercolero de mundo...
Dejad de pelotearos mis eruditos capullines
por cuatro míseros likes.
Arrastraos por el fondo de un mar
de barro y resurgid a la superficie
con la mala ostia de Moby Dick.
Trepad como King Kong al edificio más alto de la ciudad
y escupid vuestros hirvientes
y tóxicos versos
sobre la aletargada masa de media mega
y tarifa plana de allá abajo.
Aullad entre una alucinógena niebla
como el perro de Baskerville
(pero no os la fuméis)
¡Sorprendernos poetas!
Hackead nuestras crionizadas conciencias,
piratead nuestros más infranqueables sueños,
grafitead nuestras anémicas mentes
(y subid el sueldo a vuestras musas)
Mis hacendosos y orgullosos poetas
Tened piedad de vuestros extraviados,
afables y resignados lectores.
Por favor ¡solo,
solo un poquito de compasión!
... mis queridísimos poetas.