Mercedes Bou Ibáñez

Sobre eruditos y demás animales de compañía

 

Aventuras de un cotorro
sería buena secuela,
para hacer una novela
de un erudito modorro.
Con su pinta de machorro
y un afilado bigote,
podría dar el pegote
imitando a Errol Flyn,
aquel actor de postín
con pinta de buen machote.

Es dipsómano en cantina
ese gañán pintamonas,
son sus rimas más simplonas
que un atún con gabardina.
Hace tiempo que la orina
la esparce fuera del tiesto
y no parece dispuesto
a ceder en su imprudencia,
por eso pido a vuecencia
que lo cape... pronto y presto.

Se cuece en su propia rabia
el cateto cachirulo,
pues ya le vieron el culo
hasta en los mares de Arabia.
Vive el pobrecito en Babia
soñando con ser poeta
y en actitud majareta
balbucea una lacia rima
que solo produce grima
hasta en el alma más preta.

¿Agresividad? ¡Ninguna!
Tampoco vacío alguno,
lo que si hay es un chotuno
de mentalidad zorruna.
Y a ver, si todos a una, 
podemos darle aguinaldo,
a ese poeta de saldo
que presume de gran vate
y no sirve el botarate
ni para sorber un caldo.

Su ambición es dar la nota
destacando entre los suyos
que actuando como capullos
alaban su chirigota.
Unos le bailan la jota
sin entender de que trata,
ni si es de sobre o de lata
ese verso que presenta,
y tampoco ven si atenta
contra reglas que maltrata.

Contra picores, pomadas,
para la tos, las juanolas
y pa\' quien toca las bolas
un buen par de cachetadas.
Hay gentes mal informadas
por culpa de tantos legos,
a quienes faltan dos riegos
mas presumen de doctores
y sin obras ni valores
son seguidos por los ciegos.

Mercedes Bou Ibáñez