el brujo de letziaga

El sueño enfermo.

Me sobreviene el sueño enfermo, como un cielo sin aves, como un silencio, en la oquedad sombría de un pozo de agua, es un parto fiero que no hace ruido, un tren oscuro que se marcha luego, mudo, por la vía del tiempo inexacto.

 

Canta el gallo tres veces para abrirme el portalón solaceo, y me resulta muy sencillo olvidar, y respiro.