Matias 01

El dolor llega…

¡El dolor llega y se queda para siempre aquí!

Creemos que pasará,

pero no es así.

¡La ausencia es una herida grave, muy grave!

Creemos que cerrará,

pero no es así.

 

Los latigazos siempre dejan marcas.

Creemos que se borraran,

pero no es así.

 

Yo lo sé,

desde aquel diciembre enfermo con sus ríos

de sangre

descendiendo de mi corazón:

solo hay muros de huesos

miradas de sangre 

y hermosos pájaros negros yendo

hacia la muerte.

 

Hace cientos de años que dura este frío

y estoy apegado a una hoguera

que sobrevive en la lumbre sembrada

por unos ojos

que ahora dormitan,

esperando quizás que en alguna noche clara

se despierte y me diga:

¡Ya he vuelto…!