Estas lágrimas de sal
mojan estos pies desnudos;
por ti Padre, hacia ti consolador.
Me salvas cada día, y me visitas las noches.
Como pago lo que por mi haces.
Me bastará sufrir y llorar
porque así tu poder
reposa sobre este cuerpo
¡Y es maravilloso!
¡Oh maravilloso... !
el aire que sopla tu nombre
y recorre toda esta orbita...
Vive mi corazón estripotoso
al cantar los cantos del salmista.
CHRISTIAN JOVANI
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