Andy Mainländer

Manto Celeste

Arropado en el manto celeste,

decidí posar mi cabeza;

entre las extensiones de su presencia,

en la agonía de mi existencia.

 

Allí encontré mi sentido,

allí abandoné el pesar;

estando en su pecho divino,

abrazado a lo celestial.

 

No es que sea yo,

el mas digno de los peregrinos;

pero estando en el manto celeste,

sentí encontrar mi destino.

 

Pues ví directamente,

el eter ahogado en las puertas;

del alba futuro que aguarda,

de la luz presente que pesa.

 

Por suerte recibí el sello,

y escribí mi nombre al sureste;

entregado a la nueva marea 

arropado en el manto celeste.