Con sangre fría y calculadora
solo tienen un propósito; dañar
dan albergue a la protervia.
A los débiles e indefensos
les trunca la esperanza
y al despojarlos de la dignidad
se sienten omnipotente.
Como en el juego del ajedrez
le dan jaque mate, a el bien
que es su peor contrincante.
En el papel del ángel de la muerte
torturan, someten a largas agonías
se ahíncan con el sufrimiento.
Ante los ojos del mundo ciego, sordo
mudo, se expanden con alevosía
y con sonrisa sardónica
alzan la copa, ¡brindan por eso!.
¿En donde se originó la maldad?
nadie lo sabe, pero es una certeza
que en el hombre, ha encarnado.