Sobre mí me están cayendo
gotas secas, corrosivas,
y quien sepa esto que hablo
que lo demuestre y con garantías
que no está tan dentro el diablo
ni es malvado tal cual decían...
Bloquea esta puerta
siempre abierta al infinito
y que no queden leyendas
por la falta de inventiva
que presume el individuo
sin un mínimo de risa.
En tus sueños estoy debajo
esperando a ver tu iris
ya surcado por relámpagos
y después tremendo escándalo
te trajo del centro aquí al lado...
Puedo sentir tus dedos
cosquilleándome el costado
como esbirros prisioneros
los primeros de tu encuentro
y el sol se detiene por un momento...
Tanto desaliento
entrando y saliendo
del templo a su modo
trae la misma forma
a mis tóxicos.
Y qué si me desplomo
y van a beber de mí los pozos
que se encuentran por la zona
si no antes el corazón razona
con las moscas de su entorno
entre el humo más insólito
descubrir qué es del grito
que llegó hasta lo más hondo
y trajo la esperanza
remendando muchas noches
las heridas consagradas
a la amante que me ha abierto
el pecho así en dos tajos...
Y ahora sobra y no hay trabajo
para estos brazos que aún aguantan bien el peso
de la incoherencia entre mis versos
cuando aún más me presento
en este incierto pues el punto neutro
que os convenga...