Tus ojos, amado mío
Me alegran en el estío
Azules son cual los mares
Ellos borran mi pesares
Endulzando mis cantares
Ellos son mis avatares
Son cual mágicos espejos
Me regalan sus reflejos
Provocan mi desvarío
Con sus rayos estelares
Cual agudos catalejos.
Cuando tú te encuentras lejos
En sus míticos altares
Espantan de mi alma el frio
Son como los vinos viejos
De obnubilantes cortejos.
Sus sellos no tienen pares
Ni aquí ni en otros lugares,
Son como estrellas polares,
Tan perfectos tan dispares
Son serenos como el río
Ellos matan el hastío.