ALEXANDER JOSÉ VILLARROEL SALAZAR
OTRA VEZ RENCILLAS
y todo por sus caprichos,
gordo, que también es soez,
tú no eres santo en nicho.
— Ya, deja tanta estupidez
¿por qué vuelves a lo mismo
Lo que te dije es verdad,
más quieres las discusiones
¿por qué usas la crueldad
siempre en tus conversaciones?
cuando un bicho flaco eres
que te trate mal tú quieres?
— ¿Qué? ¿y si no vas a empujarme?
— No, es para no oírte así,
contigo no voy a ensuciarme.
— Si, es que acaso yo te ensucio
que me hablas de esa manera,
y yo me voy cuando quiera.
dándose entre ellos ofensas
lanzadas de forma intensa.
Tú eres el que comienzas,
si es que acaso tú no piensas,
y siempre caes en el error,
después no vayas a llorar
— Ves, me llamas tonto y dices
que yo soy quien actúa mal,
¿tú estas gordo o son lombrices
que a ti te van a explotar?
— ¿Qué? ¿ y a ti la solitaria
o es que te dio una malaria
Miguel , vete ahora de aquí
pues no te quiero escuchar.
— Yo no me voy porque quieras
más me iré pronto de aquí,
¡ni que todo lo cubrieras
o tú estás tan gordo así!
— No vale, es que yo no quiero
ya un palillo junto a mí,
Los parásitos que tú tienes
y que a ti te ponen flaquito,
Y el papá de José, llegó,
lo que querían continuar.