Por la entreabierta puerta, penetra
un ingrávido efluvio apasionado;
aquella voluptuosa nube, ahíta de
bálsamos dulces y aterciopelados
En la pared, el perfil esbozaba
curvatura etérea insinuante,
ritual movimiento voluptuoso,
pasos lentos; ficciones raudas
Detenida ante el dintel, sola,
descubro la mirada en sus ojos,
susurra mi nombre, se acerca;
apasiona el calor de su piel
Mis brazos, reciben su cuerpo,
su tacto, sus besos, los latidos;
el arpa anuncia ardor de cruzada,
roce fluctúa entre materia
Sabias manos penetran por entre
recovecos emancipando hormonas,
hidratada la inteligencia de amor,
derramado el concepto de vida
Sustraída la fantasía irreal, trota
inmoderada la divertida lascivia;
convulsos espasmos en deleite,
y, la vivaz materia, cae exhausta
¡La sinestesia, relaja la termografía¡