🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮

Melancolía

Melancolía

De llorar en silencio, ya me duelen los ojos,
yo los cierro y los abro con motivos de antojos
y me llega el recuerdo que no quiero ni ver.
Ya ni sé si mi llanto representa el martirio
o quizá mi calvario donde clavo el delirio
sea el digno castigo que se pueda creer.

Ya ni sé... no sé nada. Se me nubla la cara,
se me cae la dicha, la que un día soñara
y las penas corroen mi cerebro sin luz.
Contra viento y marea le suplico a la vida,
que me deje un camino de prisiones henchidas
para así, poco a poco levantarme en la cruz.

En mis labios se calla lo que dicen los mares,
se cultiva la gracia de dos mil azahares,
en resumen, mis labios ya no quieren ni hablar.
Me deprime hasta el viento cuando mueve las hojas
porque sé que no tengo ni jardines que escojas,
ni palacios brillantes, ni las joyas del mar.

Las formas rebuscadas no son más que figuras,
que atropellan mis sienes con fatales venturas;
las que el tiempo incompleto se desliga al final.
Y aunque escriban mis manos este horrible letargo
he perdido lo simple y he encontrado lo amargo,
hoy mis ojos imploran una vida real.

Este mundo que vivo ya parece un infierno
solo lágrimas brinda la canción del invierno,
solo dardos encuentro... ya ni sé qué decir.
Pues, aquí mi silencio solo dice que viva,
porque callo tropiezos donde estoy a deriva,
a deriva de muerte si ya no hay porvenir.

                                  Samuel Dixon