Raiza N. Jiménez E.

Una Religión Herida .-

   

Por ahora, vivo con tristeza y me abruma el mal

En mi alma anido, extenso amor y mucho dolor.

 El sufrimiento viene del alma, también, es carnal.

Que nadie me diga que, nunca ha sentido, rencor.

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Hoy estoy molesta, luctuosa y pensativa, tal cual. 

Por ahora, no sabré qué me deparará el mañana.

Mascullo la ira y, no sé, si eso es mortal o venial.

Temprano amaneció el Cura, tocando la campana.

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Nadie le atiende a los toques de la campanada.

Y, no lo sabré, ya que yo, no recuerdo, ni la misa.

Antes si iba, con mi fe y mi rosario acompañada.

Hoy, en ese reino todo va mal y, el vicio, se divisa.

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Honro el ritual de Misa y, al ser cristiana, convivo.

Pero, no puedo aceptar el viraje que, dio el ritual.

Hubo gran ultraje, al reemplazar, a un Papa vivo.

Ese le pegó a una devota y, no fue un acto virtual.

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¿Cómo veo, a este Papa, golpeando a una cristiana?

Veo a Uno que, se exhibe, sin amor y con arrogancia.

Olvidó que Jesús dijo: toda cristiana, es tu hermana.

Él sabe que no está bien pero, vive en total flagrancia.