En la osamenta interior de los días
huele a abandono por el excesivo descanso.
Y el triste sueño, una vez más, somete
tibiamente a nuestros párpados
Se retienen las palabras sobre las lenguas,
Islas donde naufragan los verbos y donde,
realmente, el eco nace.
Hoy, no se pasean preguntas ni apetece
dar contestaciones.