Asklepios

En la osamenta interior de los días

En la osamenta interior de los días

huele a abandono por el excesivo descanso.

Y el triste sueño, una vez más, somete

 tibiamente a nuestros párpados

Se retienen las palabras sobre las lenguas,

 Islas donde naufragan los verbos y donde,

 realmente, el eco nace.

Hoy, no se pasean preguntas ni apetece

dar contestaciones.