En la oscuridad de la noche me encuentro,
anhelante y seductor, dispuesto a explorar,
tu cuerpo desnudo, mi deseo más hondo,
en busca de tu punto G, quiero vibrar.
Mis labios, lentos y ansiosos, se deslizan,
recorriendo tu piel con suave deleite,
buscando el punto que eleva tus pasiones,
el umbral que nos lleve al clímax perfecto.
En cada caricia, un gemido se escapa,
tu cuerpo se estremece, se eriza la piel,
mis manos se deslizan como pureza de seda,
hasta encontrar el punto que te hará enloquecer.
Con susurros lascivos, te guío hacia el éxtasis,
explorando cada rincón, sin dejar escapar,
la dulce sensación de tus suspiros,
que me lleva a encontrar ese punto celestial.
La tensión se acumula, el deseo se desborda,
tu cuerpo se arquea en un frenesí de placer,
mi lengua, incansable, descubre cada sendero,
hasta llegar al punto donde quieres volver.
Y en un grito ahogado, el universo se abre,
el punto G descubierto, secreto revelado,
en un estallido sublime de pasión y fuego,
tu cuerpo se entrega, totalmente entregado.