edgardo vilches

POBREZA ESPIRITUAL

Me reconstruyo día a día,

rutinario, rustico y pobre,

alienado por las sombras,

y sin ningún santo retorno.

 

Solitario, en la precariedad

de la ciudad que aniquila,

transito con mis desvaríos,

mis opacidades y secretos.

 

Con ellos, voy desatando

un pensamiento extraño,

una meditación, que cruza

mis primitivos sentidos.

 

Busco la vuelta a la caverna,

una ocurrencia paradójica,

una oportunidad para ser,

que obligue un renacer…

 

Quiero vivir una oleada,

disparada por la intuición

con una angustia genuina,

que me colme de alguna fe.