Sé que es algo mefítico
quedar de tus ojos prendado,
en ese abismo prolífico
nunca antes anunciado.
No eres ese ángel ilustrado
con alas quebradas y finas,
pero si me he enamorado
de ti y de todas tus líneas.
De esos perros ojos
que ladran tiernamente,
entre serenidad y abrojos
escondiéndose ante la gente.
Aquellas luces que hipnotizan
a los soldados y estrellas,
pues los sueños acarician
con tantas cosas bellas.
Olvidándose del mismo cielo
al existir otro azul,
no puedo ser más sincero
al dejar mi suplicio en un baúl.
Sé que mientes, mientes sin remedio
aun así, eres mi única reina
reina de todo lo que poseo
y hasta de mi vida entera.
Esos perros ojos, son los culpables
de ser tu sirviente ahora,
en este mundo de indeseables
soy solo yo quien te añora.