Quisiera besar tu corazón
para sentir el latir de tu vida
pero cómo no puedo;
déjame besar tu pecho
lamer tu tronco
y olisquear tu cuello.
Susurrarte mis caprichos al oído
y mordisquear tu labio inferior.
Déjame oír tu respirar entrecortar
y dile al amor,
que ahora yo tomaré su lugar.
Me darías el permiso de saberte
y confirmar si al igual que tus labios
tu piel tienen un sabor cítrico
o ¿estás hecho de canela y miel tostada?
Tu cabello desordenadamente acomodado
déjame perturbarlo
y revolverlo a mi encanto.
Vayamos en contra de los pliegues
de las sábanas recién planchadas
y hagamos un desorden
para alegrar el alma.
Porque ahora quiero lo que los demás tienen
pero lo quiero contigo
Mi pequeño rábano sombrío.